sábado, 17 de mayo de 2008

XLIV

Infinita traza de colores
La vida mi vida y vida nuestra
Vosotros, sufrientes,
Entienden lo que hablo

No es lítico amar volcán de piedra
Ni acuático amor mar de lágrimas
Sin reverso o anverso el verso difunde
Estero de cal de sangre y mariposa

No calle, no calle la constancia

No interrumpa el poeta su canto

Oh amor, amor tan nuestro
Brillante ecolalia en las sombras

Penumbra, aflicción acaso
Pero una luz de amanecer se acerca

Cada verso es un latido,
Una sonrisa que se extiende.

David Alberto Campos Vargas, Nuevo Orden, 2007

No hay comentarios: