sábado, 17 de mayo de 2008

XLIII

MORFOLOGÍA DEL ESPANTO

I

Abro la puerta
Camino, un largo camino
Por doquier oscuridad duda tinieblas
Ni siquiera la penumbra que intuye la esperanza
De tumbo en tumbo explorando
Cicatrices como cristales
Flores pieles almas marchitas

¿Qué es Amor?
Acaso el buen Platón
Olvidó que estamos vivos
Ignoró nuestra naturaleza,
Nuestra triste carne putrefacta
Acaso Jesucristo
Predicó para otros o nos veía distintos

Y eso que el poeta amó,
Amó hasta las entrañas.

II

De rodillas
Postulo Redención de lo Humano
Grandeza inequívoca excelente
Devorada por cañones insaciables
De antropófagos sin nombre

Humillado y solitario
Con Fe en el Futuro
Superadas catedrales y tortura
Superadas cruces látigos espadas
Entiendo
Pero entender no es suficiente
Si continúa la bestia dentro del Hombre.

III

De circo y cinema
Salen poses gestos risa
Y allá, afuera
Emergen cráneos vísceras lágrimas

¡He ahí la apariencia, las máscaras que escupo!
Horror, pero los maniquíes no piensan
Y mientras se cubre la Tierra de sangre
Siguen anhelando ser celebridades.

IV

Hermano, hermana
¡Acudan en mi auxilio,
El oxígeno no basta!
Asfixiado ya por la inmundicia
Decepcionado y moribundo
Peleo para huir de los mediocres...
Pero allí están, poblando el Mundo,
Vanidad escudada en belleza
Soberbia disfrazada de elegancia
Codicia, corrupción, caldo de enajenados
Androides de mente mutilada.

V

La pared es el sótano
Y el sótano la casa
¿Escaleras? Ninguna,
O ninguna aparente, colegas

Hay que saber buscarla.


VI

Un poema es poderoso
Pero el tonto se deslumbra con las armas

¡Ah, insensatos!
¿Hasta cuándo?
¿Cuántos millares de cabezas
Deberán rodar para que cambien?

VII

Ustedes conocen,
Pero busquen más allá de lo evidente:
Detrás del sofisma la ecuación los transistores
Se esconde el Saber que todos buscan;
Lo otro es interesante, pero no Definitivo.



VIII

Zaratustra indagó pero quedó en suspenso,
Y más aún su admirador atormentado;
Confucio, como otros valientes,
Se fue sin encontrar, herido;
Estudiamos dialogamos viajamos en azul
Mar de sensación el oasis la lira
Amamos soñamos escribimos
Oramos ayunamos compartimos
Queremos la verdad, si es que se encuentra,
Ansiamos la respuesta, las respuestas,
Pero acabamos como Kant: mudos estupefactos temerosos
Y eso cuando nos dejan,
Cuando las balas la moda la brutalidad nos lo permiten.

IX

Mar de lágrimas
Ayer, hoy, ¿mañana?

Vampiros arpías amazonas
Beben nuestra sangre con deleite:
Mientras las madres entierran a sus hijos
Ellos amasan fortunas escalan posiciones.


X

Esta Morfología del Espanto
Me llena de náusea y hastío,
Las estrellas se borran el verso se diluye
Cuando el ruiseñor es reemplazado por metralla
La musa enmudece la rosa se marchita
Los colores se olvidan como las señales
Se olvidan dignidad bondad caricia
Bloques de furia rompen los cristales

Ahora el poderoso patea calaveras
Mientras rugen sus secuaces en las sombras,
Hombres y mujeres se tornan enemigos
Se juega con mentira y puñales
Compiten se odian los hermanos
Por doquier se rinde culto al oro

Caen niños como troncos
Pero todos celebran en la tele,
Tanto glamour no deja espacio al pensamiento.

XI

No más heridas
Llagas cual centellas ultrajante canto
Palabras descuartizadas
Martes y Venus por millones
Aplausos a la tiranía
Sonríen histriones y narcisos
Por doquier modelos y soldados y el mundo dizque avanza
Pero no, no más quebranto
No más fuerza y fanatismo
¿Autoridad?, ¿autoridad en dónde?
¿Cesarán losas de sangre, fosas de olvido,
Huérfanos, dolientes?

XII

Riqueza corazón benigno
Pobreza yates y mansiones
Ascenso palabra y sacrificio
Descenso hipocresía falsos favores
Honor el mérito
Deshonra recomendaciones
Popularidad la vida honesta
Estrellato tesoro de bufones.

XIII

Huyo no sé dónde
Pero las puertas son minúsculas
Y cada vez más amplios corredores
Me alejan liberación salida
Caen dedos pulmones lenguas
Litros de sangre el panorama
Paredes asfixiantes ventanas imposibles
Gritan borrego y doncella
Quema la música sacra
En el antro de los infelices

El cosmos un abismo
Mi vida un caleidoscopio.



Y aquí es
O aquí está
Aunque no sea lo mismo
El hombre hijo de carne
El que amó, amó, amó
Vocación por encima de oficio
El que supo de círculo y esfera
Allende las estrellas tabernáculo
Y el ansia sin fin de lo infinito

Hélo aquí, al inocente
Que remienda grietas con metáfora
Vive de adjetivos lo vivible
Y es verbo o verbos que entrelazan

Ése al que flagelan
No es, no es

Más que estela, camino

Él puede
O cree que puede
Acaso sea lo mismo
Resucitar hacer moverlos
Como encanto de palabra

Aquí, después allá

Está buscando.


David Alberto Campos Vargas, Nuevo Orden, 2007

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