Plenitud de conciencia
Lejos la ciencia inerte
Soy aquél que nunca ha dicho miedo
Aquél que busca las estrellas
Navegar, navegar, les digo
Es tener conciencia panorámica
Alejados los circuitos
La bisutería del quirófano
Esa llama que llamamos limbo
Todo converge y se conecta
El ayer el mañana son una misma cosa
El hoy se parte en mil pedazos
Pasado o futuro, qué importa
Cuando se está despierto
No se pierde tiempo en esas cosas
Conciencia plena
Un nuevo mundo cerca
Lanzas libros leones
Casas velas aeroplanos
Docena de cruces como apóstoles
Haciéndose ceniza en medio de la euforia
Mártir, resiste la caricia
Mártir, resiste al apego
Olvida, olvida, olvida
Tres personas una esencia
Pero puedo desligarme
La magia resucita
Entre los irredentos
Palabras, palabras
¿Pero quién es el que vive?
¿Acaso alcanza el sufrimiento?
Pero ahora el aire es luminoso
El campo azul, el Cielo abierto,
Un esqueleto vestido de desierto
El metal atravesando las hojas
El triunfo del silencio
Plenitud o inconciencia
Conciencia inconsciente la armonía
Mártir, resiste la nostalgia
Mártir, resiste la belleza
Son amplias y suaves
Las lápidas de las musas
Callen, callen los que ignoran
Y aléjense los sabihondos
Ahora veo
Amplio valle de inmundicia
Ángeles comidos por chacales
Zafiros en el barro
Eruditos en las tumbas
Rueda el trípode naranja
Sacudido por los dioses en su ira;
Ignoro si rodarán vuestras cabezas,
Pido al menos rueden tras haber leído
Ay de vosotros los violentos los cobardes
Muertos y sonámbulos
Pero habrá justicia
Mártir, resiste.
David Alberto Campos Vargas, Nuevo Orden, 2007
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